sábado, 3 de enero de 2015

La interpretación desde la perspectiva de un profesional: Aida González

¡Muy buenas!

Hoy os traigo la segunda parte de la entrada que publiqué la semana pasada: la interpretación desde la perspectiva de un profesional.

Para ello cuento con Aida González del Álamo (@aidagda), traductora desde 2002 e intérprete desde 2005. Es autora del blog «Aventuras de una traductora-intérprete en Madrid».

Su principal objetivo es seguir creciendo profesionalmente, aprendiendo sobre el sector y probando nuevas opciones.





Se dice que para ser intérprete hace falta tener mucha vocación. ¿En qué momento de tu vida decidiste dedicarte a la interpretación?
Está claro que te tiene que gustar, por las horas de preparación y la formación continua que requiere si quieres hacer bien el trabajo. No fue una vocación que tuviera clara desde pequeña, sí que sabía que quería ser traductora de libros. Me imaginaba la vida en un despachito en casa, traduciendo libros fantásticos y bebiendo té. Tras unos años trabajando en casa, decidí hacer un curso anual de interpretación para mejorar la base adquirida en el máster y descubrí durante las prácticas que la consecutiva me encantaba. Así que fue en una sala, con el cuaderno de notas en la mano, cuando tuve claro que esa era la profesión que quería.

¿Estudiaste Traducción e Interpretación o Filología Inglesa?
Estudié la Licenciatura de Filología Inglesa cuando aún eran cinco años por diversos motivos, entre otros que Traducción e Interpretación no se ofertaba en la universidad pública en Madrid en ese momento. No me arrepiento, disfruté y aprendí mucho con esa carrera y luego hice un máster de dos años de Traducción e Interpretación. Eso sí, he completado mi formación con cursos intensivos y específicos desde entonces, nunca lo sabes todo.

¿Qué importancia tiene la formación en esta profesión?
Tal y como decía antes, es imposible saberlo todo. Eso es lo que más me gusta de la traducción y la interpretación, esa necesidad de seguir estudiando y aprendiendo en cursos, en la cabina, en talleres y de los propios compañeros. Siempre se me ha dado bien estudiar, así que esta era la profesión ideal.

La formación continua ayuda y mucho, nos permite ver fallos que, de lo contrario, se nos pasarían. Aprendes a mejorar, a pulir detalles y conoces a otros compañeros a los que les preocupa también la calidad de su trabajo.

¿Cómo conseguiste tu primer trabajo como intérprete? ¿Cuáles fueron tus sensaciones de tu primera “puesta en cabina”?
Mi primer trabajo profesional fue una consecutiva que me ofreció una agencia para la que ya hacía traducciones. Tenían un empresario húngaro que venía a una reunión y yo era la única intérprete que tenían en la lista que además estaba estudiando húngaro. A ver, tengo un A1, mi dominio de la lengua es de lo más limitado y mi trabajo era interpretar inglés<>español, pero les llamó la atención que supiera algo de húngaro y me llamaron.

Mi primera cabina fue una experiencia única, se nos cayó encima, se desmontó sobre nuestras cabezas. Después de sobrevivir a eso, nada te da tanto miedo.

¿Qué importancia le das al “concabino”?
Mucha, es una pieza clave del trabajo en simultánea. Un buen concabinato no significa que los dos intérpretes salen de cabina amigos para toda la vida. Es una relación de trabajo entre dos profesionales que quieren que el proyecto salga lo mejor posible. Un compañero que hace bien su trabajo, te permite relajarte un poco y si encima hay buen rollo puede ser una experiencia muy positiva. 

Sigo compartiendo cabinas con mi primer concabino, Iván. Él fue el que me enseñó lo importante que es trabajar en equipo, ser generoso y paciente. Aprendes un montón de los compañeros.

En tus 15 años de experiencia habrás vivido muchas cosas dentro de la cabina. ¿Puedes contarnos alguna anécdota?
Jamás le pidas a un intérprete una anécdota si no estás dispuesto a escuchar al menos una hora de batallitas. Hay pocas cosas que nos gusten más que enseñarnos las heridas de guerra los unos a los otros cuando nos reunimos varios intérpretes.

Ahora, una de mis favoritas está relacionada con el blog. Me contrataron para una jornada completa de consecutiva y cuando llegó la hora de la comida me disponía a salir a buscar un bocadillo cuando llegó la organizadora y me dijo que de eso nada, que ella leía mi blog y que se acordaba de la entrada que había publicado contando que los intérpretes muchas veces no están incluidos en las comidas. Por eso, ella se había encargado de incluirme y de dejarme una mesita lista para que pudiera comer y descansar a la vez. No pudo ser más amable, me hizo mucha ilusión.

¿Cómo ves el mercado de la interpretación?
No conozco todo el mercado, solo puedo hablar de mi experiencia. Aun así, lo que he visto es que las cosas han empezado a animarse desde finales de 2013 y este ha sido un buen año en términos generales para los intérpretes por el número de congresos, ferias, reuniones de negocios y sobre todo a nivel tarifas. No significa que no tengamos que pelear por ellas, pero si he visto una pequeña mejora en esto.

¿Qué consejos le darías a un estudiante que quiera dedicarse a la interpretación?
Para ser intérprete uno necesita trabajar duro, esforzarse. En el fondo, tienes que tomarte este trabajo en serio desde el minuto uno. La formación es clave pero además tienes que preparar a fondo los proyectos, al principio eso va a suponer dedicarles mucho tiempo, pero para hacer bien este trabajo hay que invertir horas y no contentarse con un resultado mediocre. Ser constante, humilde y aprender de los compañeros.


¡Muchas gracias, Aida, por contarnos tu experiencia como intérprete y tu visión sobre esta!

Y muchísimas gracias a vosotros, por leer esta entrada. 

Un abrazo,
Ildefonso

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