jueves, 26 de marzo de 2015

Estudiar chino y no morir en el intento

Típica conversación en la vida de un estudiante de chino:

-¿Qué estudias?
-Traducción e Interpretación
-¿Y qué idiomas estudias?
-Inglés y chino.
-¡Ah! ¿Sí? Dime algo en chino.

Me pregunta todo el mundo que si estudio chino porque, al ser una lengua exótica, tendré muchas más salidas en mi carrera o si es porque es «el idioma del futuro». Si os digo la verdad, mi interés por el chino empezó a los diez años, cuando abrieron un restaurante chino cerca de mi casa. Recuerdo que vi los caracteres chinos por primera vez y me quedé fascinado. Creía que eran dibujos, pero el cocinero del restaurante me explicó que eran caracteres y lo que significaban. ¿Cómo era posible que unos garabatos tuvieran significado?


De esta forma, además de que la comida china acabara siendo mi comida favorita, empecé a interesarme por su cultura. Navegaba por internet y buscaba artículos sobre las costumbres chinas, mitología, religión, ciudades más importantes y representativas, etc. Y me fue gustando cada vez más.


                                           
Después de años de trabajo autónomo documentándome sobre la lengua y la cultura china, conseguí entrar en la Facultad de Traducción e Interpretación de Granada y escogí chino como lengua C (cómo no, después de años obsesionado) y, si os digo la verdad, no me arrepiento para nada de la elección (hasta que llegan los exámenes, claro está). Sí, el chino es duro y hay que dedicarle mucho tiempo, pero pasa lo mismo con todos los idiomas. 


Cada día me queda más claro que la clave del éxito en todos los aspectos de la vida es la motivación y la constancia. Esto también se aplica al aprendizaje de chino, como nos cuenta Esther Díaz en La motivación en el estudio de chino, en la que nos comenta que hay que ponerse metas a corto plazo; ponerte a prueba casi a diario para poder apreciar tus avances. Cuando haces una redacción en chino, te preguntas «¿esto lo he podido hacer yo en un año y medio?». Y yo creo que eso es una de las cosas que te permite avanzar y querer aprender más.





Por eso os invito a todos los que tengáis interés por el chino a investigar un poco sobre la cultura china, que es una de las cosas que más os va a incitar a estudiar el idioma. Si quieres empezar la aventura, por aquí te dejo unos recursos para estudiar chino por tu cuenta, cortesía de Teresa Moya, autora del blog Me llamo 瑪麗.


Y vosotros, ¿estudiáis algún idioma «raro»? ¿Qué os motivó para comenzar a estudiarlo?

Un saludo, 
Ildefonso




3 comentarios:

  1. ¡Gracias por la entrada, Ilde!

    Ahora que yo también he emprendido esta aventura de aprender chino me viene como anillo al dedo todo lo que puedas aportar sobre el tema en el blog. :-)
    Con lo poco que sé del idioma puedo decir que es difícil y precioso a la vez. Conocer cada vez más caracteres y la historia que hay detrás de cada uno de ellos motiva muchísimo a la hora de continuar con el aprendizaje.

    Además, como la cultura es tan diferente a la nuestra el interés es mayor, o al menos eso me ocurre a mí. Jajajaja

    ¡Un besazo y a por todas con el idioma! :-D

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  2. ¡Ilde! No me había dado tiempo a leer tu entrada y vaya sorpresa me he llevado. Tanto porque me ha gustado mucho (¡muy bien escrito, de verdad!) como por la mención del final, ¡muchas gracias!
    Comparto todos tus pensamientos sobre el chino aunque tampoco negaría que este idioma es más difícil que otros, hombre, que algo de mérito sí que tenemos, ja ja. Y por cierto, ve acostumbrándote esa conversación que has puesto al principio porque nunca acaba. :D

    Un abrazote y a seguir con esas fuerzas.
    Tere

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  3. hola, ¿es tuya la redacción? ¿os enseñan en tradicional? lo pregunto porque no es frecuente que en España enseñen en caracteres tradicionales. Además los alumnos tampoco suelen querer, dicen que con los simplificados tienen bastante. Es una pena que solo haya chino en lengua C, la verdad. Comentas lo de que te preguntan por el chino ahora que lo estudias, pues cuando trabajes ya verás. Lo que preguntarán será. -¿tu eres el traductor de chino? , ah, pensábamos que vendría un chino. Hasta que te oyen hablar, claro. En ese momento se quedan con la boca abierta. Se da por sentado que un chino hable español, pero no que un español hable chino. Yo ahora estudio hebreo.

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